Bajo la Piazza Navona - El Estadio de Domiciano

Bajo la superficie de la Piazza Navona se esconde el Estadio de Domiciano, un auténtico tesoro oculto que permanece fuera de la vista pese a su enorme valor histórico. Este lugar, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, fue la primera construcción romana destinada a acoger torneos de gladiadores y competiciones atléticas. Con tu entrada sin colas podrás adentrarte en este fascinante espacio subterráneo acompañado de una audioguía, perfecto tanto para fanáticos del deporte como para quienes disfrutan explorando el pasado. Resulta sorprendente pensar que, justo debajo del bullicio de la Piazza Navona, se encuentra un edificio de la Roma antigua con un pasado tan vibrante. El Estadio de Domiciano —también conocido como Circus Agonalis— podía albergar hasta 20.000 espectadores ansiosos de ver combates y pruebas atléticas. Entre los eventos habituales figuraban demostraciones de gimnasia realizadas por profesionales, en su mayoría griegos, además de carreras en las que a menudo participaban mujeres, entre otras competiciones. La importancia de estas pruebas era tal que se han hallado nombres de campeones grabados en tumbas antiguas. Curiosamente, los premios otorgados en vida eran bastante modestos: una corona de hojas de roble y de olivo. Todo indica que los atletas competían movidos más por prestigio y pasión que por recompensas materiales. La construcción del estadio fue ordenada por el emperador Tito alrededor del año 80 d.C., coincidiendo con la finalización del Coliseo. Cuando este último sufrió un incendio en el año 217, algunas de las luchas de gladiadores se trasladaron temporalmente al Estadio de Domiciano. Hoy, este antiguo epicentro del entretenimiento romano yacido bajo el entramado urbano moderno constituye una pausa fascinante del tráfico y las multitudes. Descender a sus ruinas es una experiencia que realmente merece la pena para comprender otra dimensión de la Roma imperial.